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Cristóbal Vergara, socio n. 18
Concierto en España de los Tull y ...¡gratis! que pasada. Este año he roto mi récord: 3 conciertos (Londres, Barcelona y Torrelavega), nunca lo imaginé.
Después de quedar con otros amigos, al final fuimos tres y pasaríamos noche en Torrelavega. Yo comencé el viaje en solitario el domingo 24 por la mañana hasta Guadarrama donde me monté en el coche de Javier Doadrio. Después iniciamos camino hacia Ávila, donde nos encontramos con Juanjo Jiménez e iniciamos los tres definitivamente camino hasta Torrelavega.
Llegamos al mediodía y el viaje se me hizo muy corto al ir bien acompañado. Comimos bien y barato y después de una corta siesta nos acercamos al Mercado de Ganado para ver si podíamos ver a alguien. El tiempo se había estropeado bastante y llovía, aunque afortunadamente a eso de las siete paró y ya no lo hizo más.
La verdad es que desconocía que a primeras horas de la tarde el concierto corría el peligro de suspenderse por iniciativa de ... James Anderson. Según él, ese recinto no cumplía ningún requisito mínimo de acústica y acondicionamiento. Cuando llegó papá alguna hora después, no dijo ni pío y de este asunto no se habló ni una palabra.
Al lado de una de las puertas había un bar, casualmente entramos a tomar algo cuando comprobamos que desde el bar se podía acceder al interior del recinto y desde algo lejos pudimos oír la prueba de sonido. No sólo eso, sino despejar las dudas que nos tenían en “un sin vivir”: el grupo orquestal estaba más desaparecido que Raúl en la selección, en la batería estaba James y al bajo no se encontraba Jonahtan Noyce sino David Goodier. Afortunadamente Andrew Giddings seguía a cargo de los teclados y Martin e Ian aparecían tal como se dijo desde un principio.
También comprobé que el mercado es gigantesco (150.000m2) pero de él, tan solo podía utilizar el publico un 20%. Sobre la zona para la venta de ganado comprobé que había algunas goteras y pensé que menos mal que no había ninguna sobre la zona del concierto. Me equivocaba totalmente: había una y bastante grande en mitad del escenario que solucionaron con un barreño y una fregona. Ian, para variar, estaba cabreado por esto (y creo que llevaba mucha razón).
Empezamos a ver gente asidua a la convención y cuando el grupo se hizo generoso, la organización llegó y nos invitó amablemente a salir al exterior o recluirnos en el interior del bar. Se acabó la prueba de sonido.
Yo era el único Tulliano acreditado (fotos) y fui en pos de encontrar mi pase que según James me dejaría en las taquillas. Como no había taquillas fui a otra puerta donde afortunadamente me encontré con Alexandra (Alex Valhalla), un pivón que no sabía nada de mi pase, pero se tomó bastante atención en solucionar mi problema. Me llevó hasta James y con su característico humor dijo que no había traído pases y que la organización de Torrelavega me lo proporcionara. A pesar de que los pases están contadísimos, Alex, muy comprensiva, se inventó el mío y no tuve que esperar durante mucho rato. Volví al bar y ya habían llegado Gorka (Pamplona), Juan Ángel (Ciudad Real) y otros Tullianos de postín. Estuvimos hablando con un fan de Ponferrada que a pesar de tener mi edad y llevar siguiéndolos toda su vida era la primera vez que acudía a un concierto de los Tull.
Gracias a mi pase pude acceder al interior mucho antes que los demás. Como siempre me toca el rollo de las fotos, he aprendido y no quiero acceder dentro del espacio entre el escenario y la valla, pues sé que al acabar la tercera canción me echan de allí y resulta que paso de primera fila a estar en la ultima, así que discretamente me coloqué el primero de la valla pero detrás de ella, en la zona del publico y si no hay problemas, prefiero hacerlas desde ahí y asegurarme la primera fila durante todo el concierto. Me chupé toda la prueba de sonido del telonero: 4 de Copas. Me coloqué de tal forma que no me molestara la visión alguno de los “speaker” de los músicos. Por fin entró el publico y mi amigo Javier Doadrio se colocó detrás mío. Los de la valla éramos con diferencia los más fanáticos.
4 de Copas hacen un buen rock, melódicos pero duros, con un potente vocalista que debería apoyar más con los teclados. Tenían fuegos artificiales y todo. Nos deleitaron con unos cuantos temas de su propia cosecha y para finalizar su corto set, hicieron un pot-pourri heavy de los Deep Purple, Judas, Queen y AC/DC. Muy divertido. ¡Gracias 4 de Copas!.
Al ir a preparar el escenario para los Jethro Tull, vi con desagrado que en la zona donde me encontraba, con la nueva distribución me colocaban un speaker justo delante y con toda la valla abarrotada de publico, ya no me podía cambiar. Tendría que sacar sólo fotos de cintura para arriba.
Alejandra sobre el escenario colocaba botellas de agua y toallas cerca de cada músico. Valhalla me desveló algunos caprichos del grupo sobre lo que exigían en el backstage: 40 toallas nuevas y lavadas una vez (usaron exactamente la mitad). El catering se componía de bebidas (cervezas Beck’s, Moet&Chandon, Coca Cola, 37 botellines de agua pequeños y varios packs de los de 1.5 l., vino blanco para Ian y tinto para el resto de la banda).
Por fin sobre las 10.00 de la noche empezó el concierto con Nothing is Easy, demoledor y aquello comenzaba con buena pinta y siguió Living in the Past. A la tercera Ian cogió la acústica para deleitarnos con Life is a Long Song. Me fijé que expulsaron a los fotógrafos, que a los pobres los habían marginado al extremo izquierdo del escenario con lo que yo con seguridad saqué mejores fotos. Guardé la cámara un rato, pero unos 10 min. después la volví a sacar pues los guardias no prestaban atención y además mis fotos al ser sin flash no molestaban. El ambiente empezó a decaer con Beggar´s Farm y sé de gente que no tolera muy bien ese tema. Afortunadamente la siguiente fue Serenade to a Cuckoo que tenía ganas de oírla, pues me la perdí en Barcelona. Luego otra lenta: Wond’ring Aloud y más tarde Bouree. Aquí se pudo comprobar con notoriedad la diferencia de David Goodier con Jonatan Noyce. En el solo de bajo David hizo algo que no puedo dejar de calificar de autentico “morcilleo”. Decepcionante. En Up the Pool el tema ahora no lleva teclados y sólo con la acústica queda el sonido “hueco”, además Ian tampoco cogió la flauta para acompañar. Otra nueva decepción.
Uno se encuentra tranquilamente junto a la valla y en eso llega un padre y acosando con un niño de no más de 10 años. Con la excusa de que el niño no ve, quiere ponerlo en primera fila (y de paso el padre) pero le contesto que es inútil, que la altura de la valla es superior a la del menor y aun así el niño no verá nada pues es casi opaca. Al final coloca al zagal a mi vera y el padre detrás (que era lo que quería). El niño, en venganza, se dedicará durante todo el concierto a quejarse al padre, “dándome” un concierto paralelo: que no ve nada, que quiere irse, que se aburre, a sentarse encima de mi bolsa de la cámara, etc.
A diferencia del último concierto Tull aquí si que tocó Cheap Day Return junto con Mother Goose. Insistiendo en el error Ian nos sigue martirizando con el aburrido Moz’Art que espero que borre del set list a partir de 2006.
Con Thick as a Brick viene uno de los mejores momentos del concierto, pero lamentablemente siempre hay un “baboso” que se encarga de joderte el asunto. Un “colgao” de Bilbao que iba más ciego que Steve Wonder, de pronto se acercó a trompicones hasta la valla y en la parte rápida de la canción empezó a saltar exactamente como los watusis. Lo malo era que cuando caía, lo hacia siempre sobre mí y me daba unas ganas de darle una patada en senda parte y que me dejara tranquilo. Pero no había recorrido tantos kilómetros para pelearme, sino para disfrutar, así que no queda más remedio que aguantarme.
Más tarde vino la tediosa Pavane seguida de God Rest Ye Merry Gentlemen, que por lo menos es más animada y soy más partidario de ella. El “colgao” de Bilbao, afortunadamente víctima del esfuerzo en Thick y ayudado por las sustancias psicotrópicas y etílicas que había consumido, se recostó en la valla y permanecía quieto hasta en los aplausos. ¡Uf, menos mal!
Con My God, empieza otro de los puntos fuertes pero lo malo es que ya nos conocemos de memoria a partir de aquí el setlist y sabes que la siguiente es Budapest y se termina con Aqualung. En esta última fue curioso ver al niño que durante una hora no había parado de dar la “tabarra”, ahora como poseído gritaba y cantaba la canción que se sabía de memoria y su padre le subía en brazos para poder verla bien. Es acojonante, evidentemente era la única que conocía y su padre seguramente le “martiriza”constantemente en su casa poniéndosela constantemente. Quizás yo también he cometido el mismo pecado.
Los bises los componen Flying Dutchman/ Locomotive Breath/ Protect an Survive/Cheeerio. Por primera vez en mi vida no sóo toco un globo de los de Anderson sino que encima soy capaz de cogerlo y gracias a la valla resguardarlo para quedármelo, pero viene el último gilipollas de la noche, un tío de seguridad y me lo quita para lanzarlo al publico. ¡Cuánto tonto hay suelto!.
Fin del concierto. Comentarios con los amigos sobre la calidad del sonido que a mí me pareció bastante buena pero que al contrastar parece que no fue así. Yo estaba delante y en la parte trasera parece que se oyó como el culo. De entrada hubo unas 3.000 personas (según datos de la organización). El de Torrelavega que los vio por primera vez se fue flipando del espectáculo (lo envidio).
Luego nos fuimos a tomar algo a un bar cercano, los tres de la excursión más Gorka y Juan Ángel. Mientras yo me deleitaba con un bocata de calamares, el grupo cenaba en el backstage: casi todos patatas fritas y pechuga de pollo e Ian ensalada regada con el vino blanco que no fue capaz de abrir, pues rompió el corcho y uno de seguridad le consiguió unos alicates para poder abrir finalmente el tapón. Más tarde se llevó un poco más de ensalada en un tupper y se la comió en el coche que les llevó hasta Bilbao, que era donde se alojaron.
Mi impresión general del concierto es que fue algo corto (115min.), que lamentablemente nos quitaron temas como My Sunday Feeling, Cross Eyed Mary y otros para acortar, pero quizás lo que peor solución tiene son las incorporaciones al bajo y a la batería. La última especialmente es la que más se nota y existe un abismo entre la calidad (además de humana) de James y Doane. Pero bueno tengo que reconocer que Ian es un profesional (cuando quiere) y que estos defectos se notan menos de lo que se debería y cuando se esfuerza, disfrutas de lo lindo con él a pesar de rozar ya la tercera edad. Por lo que pagué de entrada imposible exigir más.
Para mí aquí no terminó todo. El lunes iniciamos por la mañana el regreso y en camino inverso al de ida, es decir primero a Ávila, pues Juanjo quiso cumplir la promesa que hizo en la ultima convención de invitarnos en su restaurante “Tropicana” a un típico chuletón de Ávila a todo tulliano que se presente allí. Otra faceta de la que disfruté tanto como en el concierto fue la humana, gracias a Javier y Juanjo. En las charlas del viaje de ida y vuelta y la sobremesa comiendo con ellos descubres a la persona que hay detrás del fan, que somos todos y nos contamos nuestras glorias y también nuestras pequeñas miserias cotidianas, sintiéndote más acompañado gracias a las vivencias ajenas y su amistad. Sobre el chuletón, ¡Dios que chuletón! Medio kilo de carne de ternera de primera con patatas, tomate al horno y pimiento del piquillo. Todo ello servido en plato de barro caliente. En mi vida he comido algo que me sepa tan bien. ¡Gracias Juanjo!. Te aseguro que ese placer me lo pienso dar más veces en la vida aunque tenga que recorrer bastantes kilómetros. Después, regreso a Guadarrama y despedida de Javier y cuando vuelvo a Madrid me espera la M-40 con sus kilómetros de atascos para recordarme la ciudad a la que pertenezco. La media hora de atasco la pasé recordando los momentos vividos. Gracias Ian y amigos por todo. ¡Hasta la próxima! 

 
Juanjo Jiménez, socio n. 80
Hola a todos los tullian@s.
Voy a dividir la crónica en dos partes.

CONCIERTO:
Yo me lo pasé muy bien, aunque eso tiene que ver con la segunda parte de mi comentario.
El sitio no tenía buena acústica aunque sonó aceptable y el señor Ian Anderson estuvo hasta
simpático, y tal vez puso el plus por tapar las faltas del bajo y la batería.
Al batería le bautizamos allí mismo (se llama AY GOD), acompaña pero no aporta y si quereís que diga algo bueno de él, pues que es una buena caja de ritmos.
El concierto fue divertido porque había más de 3000 personas, Anderson tenia mejor voz que las últimas veces que lo he visto, pero tuvo una media hora en mitad del concierto muy tranquila, con lo cual y para no crear polémica con las canciones yo las hubiera intercalado de otra manera, pero en mi selecion sobraban unas cuantas y faltaban otras, (como todos).

FIN DE SEMANA TULLIANO
Desde que Javier y Cristobal pasaron por Ávila a por mí, empezó la mini convención del fin de semana:, viaje a Torrelavega, comida, encuentro con otros tullianos, Gorka, Santiago y la sorpresa cuando vi a Juan Angel, que no sabía que iba a ir.
Conversación por aquí, bocadillo por allá, risas por todos los lados, y el concierto al lado de Santiago que venía de Italia,(desde aqui mi pequeño homenaje: gran tipo).
Al día siguiente regresamos los tres y comimos juntos antes de despedirnos.
Eso fue todo, que no es poco, a si es que: LARGA VIDA A LA ASOCIACION.
Por favor cuándo es la próxima. 
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