Interviú - Finalmente no publicado

El regreso de Jethro Tull a España, moviliza a sus más singulares seguidores

Los viejos "tullianos" nunca mueren

El fenómeno fan en España tiene dos claras vertientes. La mayoría son jóvenes que gritan y se desmayan ante la presencia de sus ídolos. Pero también los hay entraditos en años, con la vida resuelta y las ideas bien claras, como los Tullianos, una panda de enamorados de la música de Jethro Tull. La mítica banda actuará los próximos 18 y 19 de julio en Madrid y Estepona, respectivamente.
Adela Sánchez


Jethro Tull, la banda de Ian Anderson que triunfaba allá por los años 70 con 'Thick as a brick' o 'Aqualung' y que sigue haciendo su especial estilo de música, mezcla de folk, blues y rock duro, está más viva que nunca. Aunque sus canciones ya no suenen en las radios fórmulas ellos siguen al pie del cañón, componiendo y realizando giras cada año, sobre todo por Norteamérica, Alemania e Italia. En el país transalpino hay un importante club de fans con más de 300 socios: los Itullians. Y lo más sorprendente: sus incondicionales se multiplican día a día por toda Europa.
En España, fue Albert Villanueva, el presidente de la asociación "Tullianos", el que en 1998, por medio de su página web atrajo al resto de los seguidores de Jethro Tull. Encontraron un hueco en la red para poder intercambiar ideas, material y desahogarse hablando de su grupo favorito. Pero pronto esto se les quedó pequeño. En el 2000 decidieron verse. Los cinco primeros fundadores quedaron en la cervecería de uno de ellos, Jordi Chamayou, en Barcelona. De ahí surgió la idea de crear la Asociación de seguidores de Jethro Tull.
El grupo aumentó y en junio de 2003 con varias decenas de personas de diferentes puntos de España se creó la asociación. Desde el principio tuvieron claro que no se llamarían "club de fans", pues para ellos este nombre está desprestigiado: "suena a niños tirandose de los pelos y gritando" dice Albert.
Y ellos de niños tienen bien poco. La media de edad de los Tullianos es de 45 años. Son algo más de 100 socios, la mayoría hombres, y casi todos con una buena posición económica. Médicos, músicos profesionales, profesores, pintores, escritores, todos con una afición común: los Jethro Tull.
Una vez al año celebran una convención para conocerse y, sobre todo, para escuchar y hablar de música. Organizan actuaciones en directo de grupos que versionan a los Tull, e incluso algunos de los socios se animan a tocar sus piezas favoritas en los escenarios, como auténticos profesionales.
A la convención del año pasado acudieron como invitados dos ex miembros de la banda: Glenn Cornick, bajista original y John Evan, teclista de los años 70. Fue un lujo para Juan Luis Blas y Cristóbal Vergara, tullianos hasta la médula, compartir escenario con estos maestros que se desplazaron a propósito desde EEUU e Inglaterra respectivamente.
Juan Luis Blas, 40 años, médico, aprendió a tocar la flauta travesera con las canciones de J. T.. Para él no es una religión y no haría ninguna locura por su banda favorita, pero que le pregunten a Susana, su mujer, hasta dónde está de oir sus ensayos. Cuando hay convención, concierto o disco nuevo se activa su pasión por el grupo. Está todo el día hablando del tema y practicando para tocar en la reunión anual.
Josu Salbide está un poco más acostumbrado a tocar la flauta, es el flautista del grupo Oskorri y deleita a los tullianos y a los que se apuntan a sus reuniones con sus versiones de los mejores temas de la banda. El arte también está presente en estos encuentros, Josean Fermín, pintor vasco, expone sus obrasque tienen como tema principal a ¿quién? Pues sí, a Ian Anderson.Vicente Álvarez es escritor, premio Destino 2003, y suele pergeñar unos análisis y críticas de las letras de Jethro. Tull que estremecen al personal. Asimismo, Jordi Romaguera tiene una empresa publicitaria y, cómo no, tiene especial habilidad para atraer a los socios. En la cabecera de su cama hay una foto ampliada y firmada por Anderson
Son muchos más, cada uno con una historia que contar y una ilusión, como Albert Barnes y Alejandro Teles, casi quinceañeros que apuntaron al clan a su padre y a su tío, no a la inversa y como Gabriela Guardiola, una de las pocas chicas de la asociación, mexicana y residente en Barcelona.
Ahora andan preparando el viaje a Madrid para el concierto del 18 de julio en la Riviera. y están nerviosos como quinceañeros en su primera cita.
Ian Anderson todavía no se ha unido a estas celebraciones. Lo que sí ha hecho ha sido reconocer a la Asociación, un logro, ya que no es excesivamente comunicativo. Más de un año tardó Albert en recibir una contestación de Anderson a todos sus e-mails. Ahora le contesta en menos de una hora y manda camisetas, discos y demás material firmado para sortearlo.
En febrero de 2004 el lider de la banda recibió a Albert, el presidente, y a otros cuantos tras un concierto en Londres. Los chicos no se desmayaron ante su presencia, pero casi: "cumplimos el sueño de nuestra vida" comenta Albert, quien además espera que en dos años "cuando la asociación tenga un poco más de currículum venga Anderson a alguna de nuestras reuniones"
Por ahora son felices sólo con verse, charlar, beber cerveza y conocerse mejor; de aquí han surgido grandes amigos, por supuesto con la música de Jethro Tull de fondo.
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